En Ligas Femeninas reflexionamos sobre este día histórico para todas las mujeres

Por: Thalia Simich – Directora de Alianzas y Sostenibilidad

Cada 8 de marzo, se conmemora a nivel mundial, el Día Internacional de la Mujer; no como una fecha de celebración, sino como un día para recordar a aquellas mujeres que lucharon por evidenciar la importancia de que las mujeres cuenten con los mismos derechos que los hombres y que puedan acceder a las mismas oportunidades en las diferentes esferas de la vida.

Si bien este día fue instaurado por las Naciones Unidas en 1977, es recién desde 1995, durante la Cuarta Convención Mundial sobre la Mujer: ‘Acción para la Igualdad, el Desarrollo y la Paz’, celebrada en Beijing, China, que se considera a los derechos de las mujeres, como Derechos Humanos y en base a ello, se desarrolla una agenda para empoderarlas y fomentar su participación en todos los ámbitos: políticos, económicos, culturales y sociales.

Sin embargo, al año 2021, aún persisten desigualdades y conductas discriminatorias que restringen el desarrollo y la plena participación de las niñas y mujeres en estos ámbitos. Principalmente, este año, se busca reconocer la importancia de la participación femenina en posiciones de liderazgo y en esferas de toma de decisiones. Y ¿por qué es importante ello? A fin de lograr beneficios para la colectividad, resulta necesario contar con una perspectiva diversa que ponga en evidencia las complejidades y retos particulares que abordan los diferentes grupos poblacionales de nuestro país. Y, siendo que las mujeres representan el 50% de la población del Perú, resulta necesario su aporte para generar cambios y soluciones integrales.

En particular, en el ámbito deportivo y de la actividad física, las mujeres a nivel mundial afrontan problemáticas particulares, que se interrelacionan entre sí y limitan su participación. Las principales, son las siguientes:

  • Discriminación en base a estereotipos de género:
    Debido a las normas y creencias sociales, se han asignado determinados comportamientos a los hombres y a las mujeres, considerando como inapropiada cualquier actuación fuera de estos. Debido a ello, tradicionalmente el deporte en general, y el fútbol en particular, han sido considerados como un escenario exclusivamente masculino, controlado solo por varones. Por lo que, las niñas y mujeres que desean desarrollarse en el deporte afrontan barreras adicionales, a comparación de los niños y varones, a quienes por el contrario, se les alienta y motiva a realizarlo por vincularlo a habilidades altamente valoradas y visibles.
  • Inseguridad en espacios públicos recreativos y deportivos:
    La discriminación que afrontan las niñas y mujeres no implica solo la falta de oportunidades para realizar estas actividades o mayores barreras para su desarrollo; tal discriminación se materializa en agresiones verbales, físicas y sexuales por el solo hecho de ser mujeres. Los índices de violencia basada en género en nuestro país son alarmantes y esta realidad no es ajena al ámbito deportivo y de la actividad física. Es necesario contar con mecanismos de prevención y atención de situaciones de violencia, para generar espacios seguros y de confianza para que las niñas y mujeres, y en general cualquier persona en situación de vulnerabilidad, pueda acceder a estos y desarrollarse plenamente sin agresiones y/o temor de sufrirlas.
  • Desequilibrio en la calidad y cantidad de cobertura deportiva de las mujeres deportistas en comparación con la de los hombres:
    La UNESCO ha señalado que las estadísticas afirman que el 40% de todos los participantes en los deportes son mujeres, pero los deportes femeninos sólo reciben alrededor del 4% de toda la cobertura de los medios de comunicación deportivos. Y, durante esa cobertura limitada, suelen enfocarse principalmente en el aspecto físico, la edad o el estado civil de aquellas mujeres. Coincidentemente a ello, es preciso señalar que, de acuerdo con el Informe Racial y de Género sobre Editores Deportivos de la Associated Press, al 2018, el 90% de los editores deportivos y el 88.5 % de los reporteros eran hombres.

La falta de difusión de referentes femeninas reafirma el estereotipo negativo de que el ámbito del deporte no les pertenece a las mujeres. Es necesario difundir mensajes acerca de los beneficios que el deporte y la actividad física genera en las personas, como habilidades altamente valoradas para todas y todos, y no en función de su género. Asimismo, es necesario contar con una perspectiva femenina en los medios de comunicación, no solo para corregir la conducta y mensajes sesgados que se vienen evidenciando, sino también para innovar en el contenido y la cobertura, teniendo en cuenta que el arquetipo de consumidor deportivo ya no es exclusivamente hombre, sino que debe entenderse como cualquier persona que valora el contenido deportivo en su diversidad. 

  • Falta de auspicios: Hasta el año 2019, las atletas únicamente recibían alrededor del 7%de los ingresos por patrocinios en el mundo. En el contexto actual, de Pandemia a causa del COVID-9, los patrocinadores se han visto severamente afectados, y a medida que el mundo deportivo se recupere, existe el riesgo de los auspicios disminuyan a cifras aún menores.
  • Ausencia de contratos: El Informe Global Sobre el Empleo Femenino 2017 de la FIFPRO, reveló que únicamente el 18% de las jugadoras de fútbol son profesionales, es decir, que cuentan con un contrato por escrito y se les paga más por su actividad que los gastos en los que incurren. Este informe demostró también que, la mayoría de los contratos existentes ya no superan los 12 meses, y casi la mitad de las jugadoras carecen de un contrato.

Como se puede apreciar, son varios los retos que afrontan la niñas y mujeres para desarrollarse y tener éxito en el ámbito deportivo e, inclusive, para realizar actividad física y recreativa en igualdad de condiciones; generados por factores como la discriminación estructural hasta la violencia basada en género, la falta de visibilidad de referentes positivos por baja cobertura mediática, la falta de estabilidad laboral y apoyo económico, entre otros. Existen, entonces, muchas oportunidades de mejora para hacerles frente y cambiar esta realidad. Sin embargo, resulta indispensable que el diseño, aprobación e implementación de tales soluciones, sean generadas en conjunto y en base a la diversidad de perspectivas y experiencias.

Es por ello que, en esta coyuntura, resulta necesario dedicarle tiempo a conocer, valorar y difundir a aquellas mujeres pioneras que, a lo largo de los años, han contribuido al desarrollo del deporte y la actividad física en el mundo y en nuestro país. Mujeres que, además, inspiran y motivan a que más mujeres se atrevan a participar en el ecosistema del deporte y la actividad física, tanto desde el campo de juego como deportistas y paradeportistas, como gestoras municipales a cargo de programas de recreación y deporte, como profesionales y técnicas del deporte y la actividad física, como dirigentes en organizaciones deportivas; así como los tantos otros roles que desempeñan las mujeres y, que, esperamos, puedan desempeñar, a futuro, cualquier niña del Perú.

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