En el club «Real Apurímac» se han detectado casos de presunto abuso sexual del entrenador hacia varias jugadoras del equipo, incluyendo menores de edad. Lo cual nos llama a levantar nuestra voz para rechazar estas abominables acciones y hacer un llamado a las autoridades.

Por: Fundación Deporte En Igualdad

A inicios del mes de abril, se hizo pública una denuncia contra el entrenador del equipo de futbol femenino “Real Apurímac”, por presuntos actos de abuso sexual contra jugadoras de su equipo, algunas inclusive, menores de edad. Este hecho está en manos de las autoridades policiales, fiscales y judiciales de la región, sin embargo, esta lamentable situación deja en evidencia las deficiencias y carencias de nuestro sistema normativo aplicable al sector deportivo, tanto en el ámbito de la justicia deportiva administrativa como dentro de cada una de las organizaciones deportivas. 

A pesar de la gravedad de las acusaciones, a la fecha, las autoridades del deporte nacional no han emitido pronunciamiento alguno, lo cual es necesario, no solo para difundir un mensaje claro de rechazo a cualquier tipo de conducta abusiva y violenta dentro del ámbito deportivo, sino para requerir que las instancias correspondientes, cumplan con su función de investigar y sancionar, de corresponder, a quienes resulten ser una amenaza para el desarrollo del deporte de nuestro país. 

Se necesita tener claridad sobre los procesos de atención de este tipo de denuncias tanto a nivel de clubes, como a nivel federativo, e inclusive conocer si estos casos son o no de competencia del Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte, órgano de justicia deportiva del Instituto Peruano del Deporte, ente rector del deporte.

De igual modo, se necesita tipificar las infracciones y establecer sanciones reales a aquellos malos elementos que, al no ser retirados del sistema deportivo nacional, ponen en riesgo a todas las y los deportistas, así como a cualquier persona involucrada en el deporte. Recordemos que las academias, los clubes, las ligas e inclusive, las federaciones deportivas nacionales, tienen una naturaleza privada y por ende, son capaces de establecer reglas de ética y buena conducta aplicables a sus deportistas, socios, organizaciones de base, dirigentes, entrenadores, aficionados y trabajadores.

Para hacerle frente y eliminar la violencia en el deporte, no es suficiente una investigación y sanción penal; es necesario que cada una de estas organizaciones tome acción e implemente canales de denuncia y mecanismos de atención de estas situaciones, capacitando a sus integrantes y sancionando las faltas que pongan en riesgo la integridad y seguridad de las personas. Es increíble que la misma institución deportiva involucrada en los presuntos actos de abuso haya emitido un mensaje a través de sus redes sociales, indicando que no emitirá mayor pronunciamiento sobre el caso, cuando consideramos que debería ser la primera interesada en brindar apoyo y respaldo a sus jugadoras. 

A pesar de que en el presente caso, se trata un equipo de fútbol que jugará la Liga Femenina 2021 (primera división de fútbol femenino), no han recibido la atención y contado con la difusión propia del fútbol peruano. Es por ello que resulta necesario sensibilizarnos sobre la importancia de difundir y reprochar los casos que se presentan en las diferentes disciplinas deportivas a nivel nacional, para evidenciar estas situaciones de abuso que tanto daño nos hacen como país y preparemos tanto para prevenir, como para atender y sancionar la ocurrencia de estas acciones. Se necesitan realizar mejoras en nuestra normativa deportiva, para poder cubrir estos vacíos de atención, así como impulsar la implementación de mecanismos internos en todos los niveles e integrantes involucrados para lograr un desarrollo seguro del Sistema Deportivo Nacional.

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