Reflexión por el Dia Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz

Por Thalia Simich – Directora de Alianzas y Sostenibilidad

Cada 6 de abril, se celebra el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, fecha reconocida por las Naciones Unidas en el año 2013, con el propósito de evidenciar el potencial del deporte y la actividad física para estrechar lazos sociales y para promover valores como la paz, la solidaridad, la no violencia y la justicia.  

Y es que de acuerdo con la Carta Internacional de la Educación Física, la Actividad Física y el Deporte, documento inspirado en los Derechos Humanos y que fue adoptado por los Estados Miembros de la UNESCO (incluido Perú), “la práctica de la educación física y del deporte es un derecho fundamental de todos”. En ese documento se establece que todo ser humano tiene el derecho fundamental de acceder a la educación física, la actividad física y el deporte sin discriminación alguna, ya sea basada en criterios étnicos, por sexo, orientación sexual, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole.

Ello ha sido reafirmado en nuestra Constitución política, ya que en el artículo 14 se reconoce expresamente la importancia de la educación, incluyendo la educación física y el deporte, como un derecho de todas y todos los peruanos, pues nos prepara para la vida y el trabajo y fomenta la solidaridad. Y es que nadie puede negar que el deporte nos une como peruanos, pues genera un sentimiento extraordinario de unión que fomenta nuestra perseverancia y resiliencia, más allá del campo de juego.

En este día, es importante reconocer que el deporte, utilizado de manera bienintencionada, es un facilitador que contribuye al logro del desarrollo y la cohesión social, ya que promueve la tolerancia, el trabajo en equipo, la igualdad, el respeto, la inclusión y la no discriminación, además de ser una herramienta para fomentar específicamente acciones para el empoderamiento y la participación plena de las niñas y mujeres, no solo en el ámbito deportivo, sino también, extrapolándolo a los demás ámbitos de la sociedad.

Del mismo modo, es importante reconocer el potencial económico que existe en el desarrollo y crecimiento de la industria deportiva y de la actividad física en nuestro país, lo que podría generar nuevos negocios y emprendimientos, que a su vez, estén en capacidad de crear y ofrecer nuevos puestos de trabajo para las diferentes carreras profesionales y técnicas involucradas; una industria deportiva capaz de ofrecer mayores auspicios y mejores beneficios para todas y todos, entre otros factores que incrementarían este círculo virtuoso de desarrollo personal y para todos como sociedad, pero también, para la economía. 

Finalmente, el deporte y la actividad física promueven una sociedad con estilos de vida saludables. Es por ello que, en el contexto actual de pandemia por COVID-19, es necesario que sigamos promoviéndolo y realizándolo, ya que genera beneficios positivos en la reducción de ansiedad y nos permite mejorar nuestra salud física y mental. No olvidemos que el deporte es una potente herramienta para mantenernos física y socialmente activos, ya sea desarrollando actividades dentro de nuestros hogares (con nuestras familias), a través de plataformas virtuales (con nuestros compañeros) y siempre respetando las medidas de seguridad al realizar actividades al aire libre.

Dediquemos un momento en este día, para identificar qué acciones podemos implementar en nuestro día a día, para fomentar esta cultura de actividad física y deporte en nuestros diferentes espacios.

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